Al final de cada año, generalmente en Nochevieja, la gente a veces hace declaraciones grandilocuentes sobre un cambio monumental que les gustaría hacer el año siguiente. Sin embargo, muchos no cumplen con estos propósitos. De hecho, a finales de enero, alrededor del 40 % de las personas se dan por vencidas. Para junio, la mitad olvidó por completo que se había propuesto un propósito. Al final del año, menos de una cuarta parte ha logrado su objetivo.
En otras palabras, no estás solo si has roto un propósito de Año Nuevo. Muchas aspiraciones se quedan cortas porque son poco realistas. En lugar de hacer un propósito demasiado ambicioso, empecemos el año de una forma diferente esta vez.
A continuación se presentan algunas alternativas a los propósitos tradicionales de Año Nuevo que pueden ayudarle a alcanzar el éxito.
Consejo n.° 1: Cambia una cosa pequeña cada mes
Crear una meta grande puede fomentar la negatividad y el estrés cuando el progreso es lento, lo que a la larga puede obstaculizarlo. Por lo tanto, en lugar de centrarse en esa meta única, puede centrarse en objetivos pequeños.
Cada mes, elige un área de tu vida en la que te gustaría centrarte y elige una acción concreta dentro de ella. Por ejemplo, podrías dedicarte a organizarte mejor durante un mes, con el simple objetivo de tender la cama cada mañana. Al final del mes, habrás creado una sensación de logro y un hábito saludable. Si haces esto cada mes durante doce meses, puedes desarrollar una nueva práctica a lo largo del año.
Consejo n.° 2: Crea una lista de deseos
En lugar de centrarte en encontrar ese cambio este año, anota todos los logros o aventuras que te gustaría alcanzar durante el nuevo año. Incluye una variedad de cosas, desde las más serias hasta las más divertidas. Colócalas en un lugar visible a diario, como la puerta del refrigerador. No te fijes plazos.
A medida que avance el año, revisa tu lista de deseos de vez en cuando. Incorpora los elementos a tu agenda siempre que puedas. Invita a familiares y amigos a compartir las aventuras de tu lista de deseos contigo.
Al final del año, te sorprenderás gratamente de cuántos elementos has tachado de tu lista de deseos, de cuánto has logrado y podrás reflexionar positivamente sobre tus aventuras y experiencias.
Consejo n.° 3. Elija una palabra guía
Simplemente elige una palabra de acción que te salga del corazón y que quieras que quienes te rodean vean en ti.
Dar. Gratitud. Compasión. Elige lo que sientes en tu interior y usa esa palabra como tu GPS mental y emocional durante todo el año.
Reflexiona sobre tu palabra guía y úsala para inspirar tus acciones, tus mensajes y tus decisiones. Al final del año, probablemente recordarás la riqueza de positividad que has traído al mundo, tanto para ti como para los demás.
Lo simple es igual al éxito
Si te desanimas a tomar otro propósito debido a tus errores anteriores, recuerda que simplificar las cosas podría ser el mejor camino al éxito. Después de todo, los logros más pequeños y alcanzables suelen conducir a logros más grandes.
Con una de las tres alternativas anteriores, o alguna variación de ellas, es más probable que recuerdes un año de crecimiento del que puedas estar orgulloso. ¡También podrías encontrarte en el camino hacia avances aún mayores en el futuro!